Dejando al margen el partidazo que se vio el sábado en el Benito Villamarín, hoy me encantaría hablarles de un tema que quise exponer la pasada semana con el caso Piqué y sobre el cual voy a expresar, moderada y políticamente correcta o no, mi humilde opinión.
Para empezar, dejémonos de rodeos y patochadas, y digamos las cosas claras: la Liga Española de Fútbol es una mierda, con todas las letras. La Liga Española de Fútbol es el cortijo de los magnánimos jefazos de la Federación y la LFP, el sindicato de feria futbolístico gobernado por el imputado de la calva, el comité de árbitros, la prensa catalana-madrileña y Mediapro y lo que es más triste, por el Madriz y el Barca y sus condiscípulos. Y quien no lo vea o es un tanto limitaíto mental, o no sigue el fútbol, o es del Mandril o el Barca.
La Liga de Fútbol Profesional, es una farsa en toda regla. ¿Por qué? Ni es Liga, porque sólo la juegan los dos "grandes" (hablando en presupuesto y en derechos televisivos), Ni es de fútbol, porque entre la violencia que se muestra, la poquísima competitividad que hay y lo patético de las direcciones, los arbitrajes y los comités, po ya me contarán... y con lo de Profesional, ya me da la risa.
La Real Federación Española de Fútbol, primero ni es Real, porque en cada final de Copa se pita al Rey y al himno español y los dirigentes de pacotilla estos no hacen nada, es más, incluso en ocasiones lo favorecen. Ni es Federación, porque aquí cada uno hace lo que le sale de los mismísimos, sobre todo dependiendo de lo influenciante que sea, y no existe alguien que imponga un orden real. Ni es Española, les recuerdo que la mitad de la federación está bajo las influencias del nacionalismo catalán encarnado en las instituciones del Barca y sus subproductos. Y ni es de Fútbol por lo comentado anteriormente.
El Presidente de los árbitros, al que le harían falta unas cajitas de Adipesina al igual que mi amigo Larriba, es nombrado a dedo por el amigo Villar. Las decisiones en los órganos más altos las toman don Florentino Pérez y don Sandro Rosell, seguidos de sus respectivas ejecutivas y de la prensa de sus respectivas ciudades. El presidente del Comité Superior de Deportes está más en política que en sus funciones deportivas. Los hediondos tribunales de arbitraje y deporte están absolutamente corrompidos por dentro, cuando el Presidente del Gobierno es del Barcelona se forma el Villarato barcelonista en torno al arbitraje, y cuando cambian las tornas en el Gobierno cambian también los favores futbolísticos. Y el liberado sindical del fútbol, Luisito Rubiales, está imputado por apropiación indebida, con eso está todo dicho.
Porque que se arme el revuelo que se formó cuando Piqué le dijo que estaba premeditado el arbitraje es vergonzoso, pero aunque es como buen analfabeto no lo sepa, tiene toda la razón, lo que pasa es que está premeditado en favor de los dos de arriba. Y el imbécil de Mourinho se queja encima, y Casillas les dice que se vayan de fiesta y no pasa nada, ¿por qué? Pues porque sabe que nada va a cambiar, tristemente para el resto de España. Lo de las dos manos seguidas en el área del Madrid, seguido por el cachondeíto, teatralidad y afán de protagonismo de los árbitros españoles y secundado por último por el pase de baloncesto de Xabi Alonso, el sábado contra el Betis, es de juzgado de guardia. Es impresionante la desvergüenza y la desfachatez de algunos. Hay demasiado tonto suelto.
Y lo peor es el trato que se le da a este tema tabú en la prensa. Es la total manipulación de los medios de comunicación por parte de la dictadura. Los medios sevillanos en su conjunto han pasado a convertirse en los acólitos de Marca, las Manuelas y demás basura informativa perteneciente a Madriz y Barca, esos medios que cada día nos desprestigian y se ríen de nosotros. Me parece muy triste y de una falta de amor propio brutal, lo de los medios sevillanos. Muy triste. Y el tontito de Mel que no dice nada. Quejarte no te soluciona el partido, pero por lo menos no quedas como un imbécil, hijo mío. Mourinho, Casillas y la merengonada en conjunto se quejan, (sin razón alguna por supuesto), el barcelonismo se queja en conjunto (menos Messi e Iniesta que tienen alguna neurona más). Del Nido se queja, y a la mínima los equipos que le apoyan se bajan los pantalones y se jiñan ante Rosell y Florentino. Patético.
Si sólo soy un loco aislado quien dice esto y sabe que pasa, y me he pasado tres pueblos criticando, la verdad es que me importa más bien poco que me lo digan. Esto es una realidad, señores. Una realidad muy triste que está acabando con el atractivo del fútbol.
Un saludo!!
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