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jueves, 16 de enero de 2014

Los burros sólo aprendemos a palos

Debo admitir que el exceso de confianza en las personas, para que más tarde te defrauden, es uno de mis grandes defectos. He confiado en muchos jugadores que han resultado nefastos. He confiado en dirigentes (véanse los actuales inquilinos de esa cueva de Alí Babá a la que solemos llamar "palco"). Y he confiado en muchos entrenadores. Que son los que menos me han devuelto esa confianza.

Yo confié en Garrido. Es más, no sólo creí en él, sino que, tal y como hice con el abrepuertas, celebré su llegada. La celebré por su palmarés, por el aire fresco que suponía y, sobre todo, porque estaba hasta las narices del escritor, al que veía agotado, sin ideas y sin capacidad de reacción. Y el comienzo de Garrido me gustó. Tanto sus planteamientos, como las ideas que introdujo, como la mejora que supuso su llegada en ámbitos como la defensa. Y exigí que se le diera tiempo, alimentando mi esperanza con partidos como el del Athletic de la semana pasada. Y me peleé con la caverna melieber a todas horas por intentar justificar su actuación, esperando que llegasen esos resultados.

Y llegó el domingo. Y el Betis volvió a ser el Betis de Mel. La misma basura futbolística. Sin ideas, sin peligro y sin ningún tipo de preocupación por parte de los jugadores, que parecía ajenos a todo, consumando un descenso que, a falta de un milagro, es casi inevitable. Y llegó el lunes. Y Garrido la terminó de liar. Tiró la toalla, así, tal cual. Y no sólo eso. Dijo todas las cosas que en un club que no sea de charanga y pandereta como es el nuestro, habrían desencadenado su cese ipsofacto. Y se quejó de que no se habían hecho fichajes, cuando llegó el primer día diciendo que no los necesitaba. Y llegó el día de ayer. No pude ver el encuentro, pero simplemente viendo las estadísticas de posesión, tiros a puerta, etc, y por lo que me contaron, volvieron las sensaciones del día del Osasuna. Del día de la Real. De muchos de los días del llorón. 

He perdido absolutamente la confianza que tenía puesta en este personaje. Y ya no sólo porque no lo veo futbolísticamente capaz de sacar ésto adelante, sino porque se ve que ya le da exactamente igual sacarlo o no. Está peleado con jugadores, directiva y, gracias a su huida del barco o la falta de resultados, afición. Seguir con un entrenador que no le transmite a los jugadores el por qué de su lucha, y que además le da igual, me parece rematadamente absurdo. A todo ésto se unen los posibles chanchullos y trapicheos de comisiones de su agencia en el fichaje de Baptistao, lo cual sería aún más vergonzoso. Así que, sacad el champán, porque ya no defenderé más a Garrido.

¿Y ahora qué? Búsqueda de sustituto, ¿no? Aquí está el problema. Porque saltan los iluminados. Vamos a ver, ¿qué es esa mamarrachada de que el entrenador tiene que ser bético y de la casa?¿Vamos a caer otra vez en lo mismo?¿Es que una persona es más trabajadora y más apta para un cargo sólo por ser bético? Gordillo es bético, y mírenlo, ahí está. ¿No sería mejor, digo yo, una persona con el carnet del Osasuna o el Valladolid, pero que nos saque de ahí abajo? Ese fundamentalismo de "Mel es bético así que debe seguir", "Prefiero un entrenador bético en Segunda que uno que no lo sea en Primera", "Garrido no es bético, no vale" es que me repatea una barbaridad. Ralla la patochada. Es un pensamiento, si me lo permiten, muy muy primario y de alguien que demuestra que no tiene ni puñetera idea de fútbol.

Bueno, y ya si nos ponemos a hablar de los sustitutos que proponen algunos... La carcajada está asegurada. Gente que propone nada más y nada menos que a Chaparro (sí, ése que se creía que había descubierto el fútbol y gracias al cual descendimos en 2008; abreviando, otro inepto ególatra). Otros, sin embargo, tiran por el tándem Juanito-Merino-Alexis; o sea, el jefe del tristemente recordado "Comando Cantera", que integraban Rivas, Arzu, Melli y demás intentos fallidos de futbolista, más Merino, al que ya echaron del Xerez por malos resultados. Afortunadamente, existen alternativas de las que no te ríes, y que parecen hasta serias: yo sí sería partidario de la llegada de Gabriel Humberto Calderón o de Faruk Hadzibegic. Y también hay uno por ahí que se llama Serra no se qué, que me gusta bastante. Por lo visto fue el mejor entrenador de la historia de no me acuerdo qué club, lo ascendió, lo llevó a la Champions y ganó algún titulillo; y ahora está libre. Tampoco estaría mal. Pero es que ver el resto de futuribles... Tiene guasa.

Mientras ocurre todo ésto, seguimos paseando nuestras vergüenzas por España rollo circo ambulante. Ayer fue Bilbao, el sábado será el Madrid, y así sucesivamente. Y si no podemos creer en este entrenador, y la directiva ya ha demostrado su sobrada utilidad... Yo ya no sé a quién encomendarme. Bueno, sí, a San Judas Tadeo. Patrón de las causas perdidas.

¡¡Un saludo!!

@josearquer95
@lajuezaesbetica


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