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martes, 23 de diciembre de 2014

Tic, tac. Edición especial.

No sé si recordarán mi post "Prólogo", en el que intenté hacer un pequeño repaso del melismo y lo que significaba, para poder cerrar de forma definitiva dicha cuestión y empezar a hablar de un nuevo Betis. Al final del mismo, dije que no volvería a hablar de él, a menos que dicha persona entrara a formar parte de nuevo del Real Betis Balompié. Mis plegarias parecen haber sido ignoradas. Como ya todos ustedes sabrán, Pepe Mel es entrenador del Betis de forma oficial desde el día de ayer.

Mis peores temores se han cumplido. Y los de otros muchos béticos. La última de nuestras opciones, de entre todas las existentes, ha sido la elegida por el nuevo Consejo. ¿Motivos? Mantener calladito al populacho, de forma que, aunque dentro de un mes perdamos cinco a cero en casa (Dios quiera que tal cosa no suceda), la gente siga gritando loas al escritor, y se olviden de la crítica exacerbada contra los inquilinos del palco. No creo que fuese por méritos estrictamente deportivos, ya que, en tal caso, habría alternativas infinitamente mejores. Sin embargo, no preciso de ninguno de los anteriores elementos para hablar de Mel. Son cosas a mi juicio banales. Voy a centrarme en su rueda de prensa de ayer.

Sinceramente, habiendo transcurrido más de un año de su escabrosa y accidentada marcha, esperaba algún ápice de cambio en el discurso del escritor. Me sorprendió al principio, ya que, yo tristemente acostumbrado a su extenso repertorio de locuciones exculpatorias, pareció descender de su nube rosa y asumir parte de la responsabilidad del descenso del año pasado, hablado de fichajes y planificación. Espero que, después de no creer este argumento cuando lo utilizábamos los contrarios a Mel, sus meliebers sí lo hagan. Porque era bastante obvio, la verdad.

Si bien parece que su capacidad de autocrítica apareció ligeramente en escena, hay algo en lo que no ha cambiado absolutamente nada el bueno de Pepe. Su inmenso ego sigue estando a alturas que son peligrosas para la trayectoria de las compañías aéreas. Sigue trayéndose esos aires de grandeza, ese "estoy aquí porque me dais pena y os hago un favor", ese "he rechazado ofertas de otros, y en pocos días me habrían llegado más, porque soy así de chulo y así de guay". Quizá es esta la faceta de Mel que menos soporto, la del ególatra venido a menos que vuelve de entre los muertos para separarnos las aguas de la Segunda Divisón y ponerse a la cabeza de la comitiva.

A ver; Pepe, cariño mío. No tenías dónde caerte muerto, y lo sabes. Ha habido un baile de entrenadores, tanto de Primera como de Segunda, de proporciones notables, y nadie ha querido bailar contigo. No tienes ese prestigio futbolístico que piensas. Ningún equipo ha querido contratarte, tras regalarnos medio descenso y hacer nueve puntos en quince partidos en Inglaterra. Así que esos humos, si no es excesiva molestia, guárdatelos. Somos nosotros los que te hacemos el favor a ti. Aunque entiendo que, con tus clásicas vomitonas de beticismo populista (otra cosa que no soporto de Mel, sobre todo teniendo en cuenta que no es bético), es muy fácil quedar bien, digas lo que digas.

No todo el protagonismo se lo llevó ayer Míster Excusas. No, señor. Juan Carlos Ollero quiso poner su granito de arena a la cordillera del ridículo en la que se encuentra nuestro enclave. ¿El modo de hacerlo? Mintiendo como un bellaco. Juan Carlos; nadie, y digo nadie, se cree que Pepe Mel era la primera opción para ocupar el banquillo, porque se sabe desde hace tiempo que estábais negociando con Fernando Vázquez, y que incluso Serra y Merino eran opciones. Y claro que no ha habido consenso a la hora de tomar la decisión; había consejeros que querían a Serra, y que estaban en contra de Mel. Así que, haz el favor, y no nos tomes por imbéciles.

¿Cosas positivas? Por supuesto, las hay. Mel ahora sí tendrá protagonismo en la parcela de planificación y fichajes, y no le harán la faena como en anteriores ocasiones (él se quedó callado, sí. Pero la puñalada se la dieron igualmente). Ya no habrá más excusas para no tener un equipo decente, si bien es cierto que el equipo del anterior ascenso era infinitamente mejor. Además, Pepe se lleva manifiestamente mal con alguno de los jugadores que no deberían volver a vestirse de corto (véase Matilla). Y no se le volverá a faltar el respeto a ningún entrenador, cantando "Pepe Mel" a cada partido.

Cuando llegó Juan Merino al filial, fui el primero en ponerlo a parir. Por falta de experiencia, por enchufismo, etc. Y en el Betis B cumplió. Luego subió al primer equipo, y lo volví a criticar. Que si incapacidad, que si falta de experiencia... Y no sólo me calló la boca, sino que ayer fui el primero en levantarme a aplaudirle. Pepe Mel ahora mismo no tiene mi confianza. Y los que no lo queríamos observaremos con lupa todos sus movimientos. En el momento en que me calle la boca, corrija los múltiples errores del pasado, y tengamos éxito, volveré a corear su nombre. Mientras, mi apoyo no lo tiene. Y tiene seis meses para confirmar o desmentir que estaba equivocado. Tic, tac.


¡¡Un saludo!!

@josearquer95
@lajuezaesbetica