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miércoles, 18 de febrero de 2015

Por la boca muere el pez

Enlazo este artículo con el de la semana pasada, ya que nada parece haber cambiado lo más mínimo en lo que al mundo bético se refiere. Siete días después, otro empate a nada contra un equipo de la nada (con todos mis respetos, pero ni el Albacete ni la Ponferradina se encuentran entre los que a priori son "nuestra liga"), otro error arbitral clamoroso contra el que tampoco podemos hacer nada, un equipo que ahora mismo no juega a nada y un banquillo en el que no existe ni el más leve indicio de recapacitación.

Y menciono el post anterior ya que parece que me toca seguir "defendiendo" a Mel, entre comillas. Porque este nuevo tortazo en la casa de un conjunto inferior acrecienta una vez más el clamor de un sector de la afición que pide la cabeza (enorme cabeza por otra parte) del madrileño. Y me vuelve a tocar a mí decir que es verdad que los últimos partidos harían vomitar a una cabra (en sentido futbolístico), así como cada vez nos alejamos más de lo que por obligación debe ser nuestra posición a final de temporada. Sin embargo, el destituir a Mel ahora podría ser un torpedo de considerables dimensiones en la línea de flotación del club, y, como él dice, aún hay un amplio margen de mejora.

Y por seguir conectando con opiniones pasadas, que me ha dado hoy por ahí, podemos hablar de hándicaps. Y existe a día de hoy un obstáculo, un hándicap que cada día me dificulta más la tarea de defender al entrenador. Este elemento son las declaraciones casi circenses en las ruedas de prensa anteriores y posteriores a los partidos. Porque semanas atrás eran las excusas, el echarle la culpa a otros o incluso el poner el parche antes que la herida, el por si acaso nos crujen. Pero lo de estos últimos días ya ha sido de traca.

¿Por dónde empezar? Hay material de sobra para realizar nuestra elección. A ver, querido mío de mi alma: no puedes tener la poquísima vergüenza de decir que el Betis mereció ganar en Albacete, o que dominó el encuentro. Aunque nos robaran un gol y un penalti. Más que nada porque es rotundamente falso, porque se vio la versión light del bochorno numantino y porque, de no ser por Adán, habrías incluso empeorado (y esto es objetivo) los números de Velázquez, lo cual era harto complicado. Y menos puedes escudarte en la catastrófica actuación arbitral para tapar tus vergüenzas. Aunque esta sea real.

Querido, no puedes decir que "el acertar o no acertar en las alineaciones es algo opinable" cuando te has cargado de un partido a otro a los dos tíos que mejor funcionaban, como es el caso de Dani Pacheco y Jorge Molina. No puedes jugar con dos delanteros de inicio y con dos mediapuntas en las bandas, más que nada porque carece de toda lógica y sentido. No tienes la legitimidad suficiente para afirmar que "a lo mejor falta alguien en la parcela creativa" cuando por fin se te ha dado poder y decisión en el ámbito de los fichajes, que era lo que más querías. Y es indignante el decir que "no tengo ninguna preocupación", ya que solo con observar una mijita la imagen del equipo te das cuenta de que algo hay para preocuparse.

Y lo peor de todo: no puedes tener la cara tan granítica de soltar que te vas satisfecho con el rendimiento del equipo. Porque el Numancia casi te saca los colores, porque no quisiste hacer sangre con el Sabadell, porque se vio una falta de ambición vergonzosa con la Ponferradina que acabó costándonos muy cara, y porque volvimos a darnos el tortazo en Albacete. Porque puedes asumir las culpas, puedes suavizar los fallos, etc., eso es admisible. Pero pasar como buena la pasividad, la falta de ambición la poca sangre y me atrevería a decir casi la inanición de los jugadores de los que dependemos, de verdad que no lo soporto. Más que nada porque esos caracteres son los que, a gran escala entendidos, han provocado que estemos como estemos. En Segunda, por si a alguien se le olvida.

Si pierdes o te dejas empatar de forma absurda más partidos, probablemente irás sufriendo una notable pérdida de adeptos, aunque esto, teniendo en cuenta que la irracionalidad es el signo de identidad del maltrecho beticismo actual, tampoco es tan seguro. Pero te puedes caer del pedestal de mármol en el que vives ajeno a los problemas de los mortales, Pepito. Y como sigas haciendo el ridículo y dejándonos a la altura del betún delante de los micros, voy a ser yo el que empiece a pedir que, como se suele decir, cojas tus cuchillos y te pires.


¡¡Un saludo!!

@josearquer95
@lajuezaesbetica

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